Un activo es algo que tienes y que puede hacerte ganar dinero, como una casa que alquilas, acciones en una empresa, o algo que produce intereses.
Algunos activos se pueden tocar, como por ejemplo una vivienda. Estos se conocen como activos físicos. Otros activos, como las acciones y los bonos, son intangibles y solo existen “en papel”. A estos les llamamos activos financieros.
A parte de tu casa (si eres propietario), la mayoría de tus inversiones probablemente sean activos financieros, especialmente acciones y bonos.
Hay millones de activos en el mundo, agrupados en “clases” según sus características.
¿Cuáles son las clases de activos en las que puedes invertir?
Antes de continuar, un consejo: no te asustes. No necesitas ser un experto para invertir. Afortunadamente, existen fondos de inversión y gestores que pueden hacer esto por ti a un precio razonable.
Creo que tener un conocimiento básico sobre “lo que sucede con tu dinero” puede fortalecer tu confianza. Mi objetivo es hacer el mundo de la inversión más accesible, pero si este artículo te da dolor de cabeza, simplemente pasa al siguiente. No dejes que la complejidad se convierta en una excusa para no invertir.
Dicho esto, vamos a explorar cada clase de activo:
Efectivo: Es el dinero que tienes en el banco, ya sea en una cuenta corriente o en una cuenta de ahorros a corto plazo. Este dinero es fácilmente accesible, lo que en términos financieros se conoce como ‘liquidez’. La liquidez es importante porque te permite manejar imprevistos o hacer inversiones de forma rápida sin tener que esperar a la venta de otro activo. Aunque el efectivo no presenta riesgo a corto plazo, la inflación puede erosionar su valor con el tiempo.
Bonos: Son préstamos que tú, como inversor, le haces al gobierno (a través de Letras del Tesoro) o a una empresa a cambio de intereses anuales (conocidos como cupones). Además, la empresa o el gobierno se compromete a devolverte el dinero en una fecha específica. Si necesitas el dinero antes de esa fecha, puedes vender el bono a otro inversor, aunque el precio de venta podría variar.
Los bonos te ofrecen una renta fija y prioridad de cobro ante los accionistas, por lo que suelen ser una inversión de menor riesgo. Aún así, los bonos pueden tener altibajos debido a cambios en los tipos de interés. Te cuento más en este artículo.
Acciones: Representan pequeñas partes de una empresa. Al comprar acciones, te conviertes en uno de los dueños del negocio, compartiendo tanto los riesgos como los beneficios. A diferencia de los bonos, donde los intereses son una obligación para la empresa, los dividendos de las acciones son opcionales y dependen del éxito del negocio. A pesar de tener un riesgo más alto a corto plazo, las acciones son la clase de activo con mayor potencial. En este artículo titulado ‘¿Por qué crecen las empresas?’ te doy cuatro razones.
Derivados: Imagina que apuestas con un amigo sobre el precio futuro de las acciones de una empresa, como Inditex. Si el precio sube, él te invita a cenar; si baja, pagas tú. Ninguno de los dos sois accionitas de Inditex. Sin embargo, el resultado de vuestra apuesta depende del precio de la acción.
La apuesta es un derivado, mientras que Inditex es el ‘activo subyacente‘.
Existen muchos tipos de derivados, pero, por lo general, esto es lo que necesitas saber:
Un derivado financiero es un contrato (o “apuesta”) entre dos partes cuyo valor depende del precio de otro activo (subyacente).
Los derivados se usan principalmente para 1) cubrir riesgos, o 2) especular.

Activos alternativos: Esta clase de activo es como un “cajón de sastre”. Incluye todo tipo de inversiones que no sean acciones ni bonos. El propósito de los alternativos es aumentar la diversificación de tu cartera. En otras palabras, si tus acciones y bonos se desploman al mismo tiempo durante un periodo de crisis, ¿tienes algún otro activo que sea inmune a esa crisis para proteger tu cartera?
Los activos alternativos más reconocidos son:
Inmuebles: Casas, edificios o terrenos. En muchos casos, este activo (tu casa) representa una parte importante del patrimonio de una persona.
Infraestructuras: Proyectos y servicios básicos que son esenciales para el funcionamiento de la sociedad:
- Transporte (carreteras, puentes, etc.)
- Abastecimiento de agua y recursos
- Telecomunicaciones
- Generación y transmisión de energía
Materias Primas: Invertir en recursos naturales como oro o petróleo.
Arte y Objetos de Colección: Cualquier objeto de valor que pueda valer una fortuna más adelante.
Criptomonedas: Dinero digital, creado y protegido por códigos, que permite transacciones anónimas en internet. Las criptomonedas pueden cambiar de precio dramáticamente en muy poco tiempo.

Antes de seguir, un breve recap:
La economía existe para resolver los problemas de la sociedad. Cada proyecto o empresa representa un intento de solucionar un problema, lo cual requiere iniciativa y recursos. Estos recursos tienen un coste, lo que implica la necesidad de capital financiero.
El capital financiero es simplemente el dinero acumulado por las personas que gastan menos de lo que ingresan.
Tu capital financiero puede apoyar un proyecto de varias formas, ya sea comprando acciones, bonos, o incluso recursos como materias primas. A estos les llamamos activos, y cada uno de ellos tiene unas características específicas con respecto al riesgo y a la recompensa esperada.
Ante la inmensa cantidad de capital financiero y activos disponibles, ¿cómo se traslada el capital desde los inversores a las empresas? Este es precisamente el papel del sistema financiero.





